Y en los próximos capítulos de la serie

Tras la boda secreta de Ángela y Beltrán, Leocadia decide que Curro debe ser expulsado del palacio. Planea reunir documentos que avalen su expulsión, convencida de que su plan triunfará. Sin embargo, la malvada no anticipa que todo saldrá al revés: Curro recuperará su título nobiliario y será homenajeado frente a todos, encargándose de la contratación de los empleados del palacio. Leocadia sufrirá un castigo sin precedentes en la serie.

Todo comienza al final de una tarde tranquila. Ángela se encuentra en la habitación de huéspedes, pensativa y agobiada tras una discusión con Leocadia. Cada palabra de la villana retumba en su mente: Curro no pertenece a esta casa, debe irse. La joven siente una opresión en el pecho al imaginar que Curro sea expulsado del lugar donde creció. Se levanta y recorre la habitación, decidida a encontrar una solución. Su mirada se posa en los libros de etiqueta que había traído de la escuela. “Las normas… debe haber algo en ellas”, murmura.

Ángela baja corriendo las escaleras y se dirige a la biblioteca del palacio. Allí, rodeada por el aroma de la madera y los libros antiguos, comienza a estudiar leyes, genealogías y decretos sobre la nobleza española. Pasa horas y noches enteras revisando páginas densas, dormitando sobre la mesa pero sin abandonar su investigación. Al segundo día, exhausta pero decidida, encuentra un tomo antiguo de tapa negra con el reglamento sobre el reconocimiento de hijos legítimos de linajes nobles.

El corazón de Ángela late con fuerza al leer que para que un hijo sea reconocido como legítimo dentro de la casa real se requieren dos declaraciones formales: una del padre y otra de la madre, ambos de origen noble. Por un instante, la esperanza brilla en sus ojos. Si Curro tuviera estas declaraciones, no podrían expulsarlo. Sin perder tiempo, baja corriendo las escaleras con el libro contra el pecho y busca a Curro, que se encuentra en el pasillo principal, arrodillado y abatido por el trabajo de limpieza.

Ángela le explica que, tras estudiar todas las normas de la casa real, encontró un pasaje que podría protegerlo. Curro, inicialmente sorprendido, cae en un profundo silencio al comprender la situación: la declaración de su madre es imposible, ya que Dolores no era noble y además ha fallecido. El peso de la realidad lo abruma. Sin embargo, Ángela, decidida, le propone una idea arriesgada: recurrir a Cruz.

Curro se queda perplejo, temeroso ante la idea de enfrentarse a Cruz, la mujer que estuvo involucrada en atentados y conflictos con su familia. Pero Ángela, con firmeza y claridad, le recuerda que Cruz tiene un odio profundo hacia Leocadia, y esa debilidad puede ser usada a su favor. Tras un momento de tensión y lucha interna, Curro acepta la idea: irá solo a la cárcel a pedirle a Cruz que firme la declaración como su madre, aunque sea por venganza.

Horas más tarde, Curro llega a la prisión. Cruz lo recibe con asombro y desdén, pero al escuchar la estrategia para humillar a Leocadia, su expresión cambia. Sonríe, traicionera y calculadora, y firma el documento sin pedir nada a cambio. Curro sale de la cárcel con el papel en el bolsillo, temblando y con el corazón acelerado. Regresa al palacio y busca a Alonso para validar la otra declaración. Alonso queda atónito al leer el documento de Cruz y firma la declaración del padre, completando el reconocimiento formal de Curro como hijo legítimo del marqués.

Al día siguiente, una carta oficial de la casa real confirma todo: Curro es reconocido como heredero legítimo y noble. Cuando Leocadia entra al palacio, molesta por la agitación, se encuentra con Curro, quien ahora mantiene la calma y la seguridad de alguien que ha ganado una guerra silenciosa. Ella queda paralizada y sin palabras: su plan ha fracasado, y la justicia, inesperadamente, ha cambiado de bando.

El triunfo de Curro no solo asegura su lugar en la nobleza, sino que también representa un golpe directo a Leocadia. Ángela ha demostrado ingenio, valentía y lealtad, enfrentando obstáculos legales, estrategias de la villana y la resistencia emocional de Curro. La joven ha convertido su determinación en acción efectiva, demostrando que el conocimiento y la perseverancia pueden derrotar incluso a los enemigos más astutos.

Mientras tanto, Curro se enfrenta a conflictos internos: el miedo y la ira hacia Cruz, la necesidad de proteger su derecho a permanecer en el palacio y su deseo de no perder a Ángela. La combinación de valentía, inteligencia y estrategia de ambos les permite sortear los obstáculos más difíciles y usar las debilidades de sus adversarios en su beneficio. La historia deja claro que incluso los planes más cuidadosos pueden ser vulnerables a la astucia de los que no se rinden.

En resumen, estos próximos capítulos presentan un juego de ingenio, lealtad y estrategia. Leocadia verá cómo sus maquinaciones se vuelven contra ella, mientras Curro recupera su estatus y Ángela se convierte en pieza clave para garantizar la justicia. La serie explora cómo la valentía y el conocimiento pueden cambiar el destino de quienes parecen estar en desventaja. Los personajes se enfrentan a dilemas éticos, traumas personales y desafíos legales, y cada acción impacta en el destino de la casa real, demostrando que incluso las reglas más antiguas pueden ser usadas con inteligencia para proteger lo que es justo.

En los próximos episodios, veremos cómo Curro y Ángela consolidan su victoria, enfrentan las secuelas emocionales y planifican el siguiente movimiento en la lucha contra Leocadia. La narrativa combina tensión, emoción y estrategia, dejando al espectador con la intriga sobre cómo se desarrollarán las relaciones entre los personajes y qué nuevos desafíos surgirán en el palacio.