4 annunci che sconvolgono i marchesi (e non solo loro) | La Promessa anticipazioni 23-25 novembre
4 annunci che sconvolgono i marchesi (e non solo loro) | La Promessa anticipazioni 23–25 novembre
La semana del 23 al 25 de noviembre en La Promessa se convierte en una auténtica tormenta emocional, un huracán de revelaciones capaces de destruir años de mentiras cuidadosamente construidas. Lo que parecía ser una serie de días tranquilos en el palacio termina transformándose en el escenario de cuatro anuncios que sacuden no solo a los marqueses de Luján, sino también a cada miembro del servicio.
Estos días marcan un antes y un después en la historia de la familia, y los ecos de cada verdad revelada resonarán por mucho tiempo.
La narración comienza con una mañana aparentemente normal. Los caballos ya han sido alimentados, las criadas van de un lado a otro acomodando sábanas, y en la mesa del desayuno reina ese falso silencio aristocrático que solo esconde tensiones. Pero todo se derrumba cuando el primer anuncio llega de la mano de Don Alonso.
Primer anuncio: Un testamento oculto que reescribe el futuro del palacio
Alonso convoca a toda la familia en el salón principal. Con una expresión que mezcla cansancio y determinación, anuncia que ha encontrado un documento que nunca debió permanecer escondido: el testamento original del difunto marqués, su propio padre.
El documento cambia por completo la línea de herencia. Contiene disposiciones que reducen la autoridad de Cruz, obligan a Manuel a asumir responsabilidades inmediatas, y prohíben la venta de La Promesa bajo cualquier circunstancia.
La bomba cae directamente sobre la Marquesa, quien pierde el control de su voz por un instante al darse cuenta de que el poder que creía asegurado podría desvanecerse.
Los sirvientes, que escuchan desde los pasillos, sienten cómo el ambiente se enrarece. Un testamento oculto significa una cosa: alguien lo escondió deliberadamente. Y todos saben quién sería capaz de algo así.
Segundo anuncio: Jana hace pública una verdad que nadie esperaba
Esa misma tarde llega el segundo anuncio, quizás el más devastador para Cruz.
Jana, tras semanas guardando silencio, decide romperlo todo. Reúne a Manuel y a Don Alonso, y con la voz temblorosa pero firme, anuncia lo impensable:
ha encontrado pruebas que demuestran que su hermano no murió accidentalmente, sino que alguien del palacio estuvo involucrado en su desaparición.
Cruz siente un escalofrío, pero intenta mantener la compostura.
Sin embargo, el verdadero shock llega cuando Jana afirma que algunas pistas apuntan a que el niño podría haber sido criado bajo una identidad falsa dentro de La Promesa.
Esta revelación deja al padre de Manuel en un estado de incredulidad absoluta.
Manuel, en cambio, solo piensa en cómo apoyar a Jana, aunque sabe que esta verdad podría destruir para siempre la reputación de su familia.
Para Cruz, este es otro movimiento peligroso: si Jana sigue investigando, podría abrir puertas que ella lleva años manteniendo cerradas.
Tercer anuncio: Un compromiso roto… seguido de una confesión inesperada
El miércoles por la mañana estalla el tercer anuncio, que desencadena uno de los dramas más intensos de la semana.
Jimena, cuya inestabilidad emocional se ha vuelto cada vez más evidente, irrumpe en el desayuno y lanza la noticia sin respirar:
su compromiso con Manuel ha terminado.
Según ella, ha tomado la decisión de romperlo “por dignidad”, aunque todos perciben que se trata de una mezcla de celos, manipulación y desesperación.
Cruz se queda helada. Alonso baja la mirada. Manuel apenas consigue articular palabra.
Pero Jimena no ha terminado. Sube un tono más la tragedia y declara, para shock de todos:
está esperando un hijo.
La sala queda en silencio absoluto. Ni el sonido de los cubiertos, ni un suspiro, nada. Solo un vacío que amenaza con tragarse el palacio entero.
Manuel, incrédulo, sabe que esto puede ser otra estrategia de Jimena, pero también comprende que no puede arriesgarse a ignorarlo. Jana, desde la escalera, escucha la noticia y siente que su mundo se derrumba.
Para Cruz, sin embargo, esta noticia parece una salvación estratégica. Un nieto significaría mantener intacto el linaje… o eso cree.
Pero la revelación final de la semana hará que nada de eso importe.
Cuarto anuncio: El regreso de alguien que todos creían muerto
El tercer día, cuando el palacio intenta digerir ya demasiadas tragedias juntas, surge el anuncio más espectacular, inesperado y perturbador de todos.
En medio del caos emocional, el servicio escucha un ruido extraño procedente de la entrada. Rómulo se acerca y queda petrificado. Llama a Alonso con urgencia.
Y con la entrada del marqués al recibidor se desata el cuarto anuncio, el más devastador de la semana:
aparece un hombre al que todos creían muerto desde hace años.
Su identidad cambia todo:
se trata de Tomás, hijo mayor del difunto marqués, dado por muerto en circunstancias turbias que siempre estuvieron rodeadas de sospechas.
Tomás, exhausto, con el rostro marcado por el sufrimiento, declara ante todos que no murió, sino que fue traicionado y obligado a desaparecer, y que ahora ha regresado para reclamar lo que le pertenece.
Con una calma escalofriante asegura que tiene pruebas suficientes para derrumbar a más de un miembro de la familia… y Cruz, que siente que la sangre se le congela, comprende inmediatamente que él ha vuelto para destruirla.

El regreso de Tomás no solo significa un giro inesperado, sino también la amenaza de una guerra interna que pondrá a La Promesa al borde del colapso. Su presencia cuestiona la validez del testamento, altera la herencia, desestabiliza la posición de Manuel y abre nuevamente heridas que la familia había enterrado con desesperación.
Un palacio al borde del abismo
Los cuatro anuncios, cada uno más explosivo que el anterior, colocan a La Promesa en un estado de fragilidad extrema:
El testamento oculto divide a los marqueses.
La revelación de Jana abre una investigación peligrosa.
La ruptura del compromiso y el supuesto embarazo de Jimena hacen tambalear los planes familiares.
Y el regreso de Tomás amenaza con destapar décadas de secretos.
La semana termina con una imagen poderosa:
Los marqueses reunidos en la sala principal, incapaces de hablar, mientras el eco del bastón de Tomás resuena en el mármol, marcando el regreso del heredero que todos dieron por perdido.
Y así, La Promesa se prepara para una nueva etapa… una en la que ningún secreto puede seguir escondido.