LA PROMESA – Antes de morir, Leocadia confiesa un secreto impactante que involucra a Jana Avance hoy
LA PROMESA – Antes de morir, Leocadia confiesa un secreto impactante que involucra a Jana | Avance
En La Promessa, el nuevo giro narrativo llega con una fuerza devastadora, sacudiendo los cimientos de todo lo que los personajes creían saber hasta ahora. El episodio se centra en Leocadia, cuya vida se apaga poco a poco mientras una verdad escondida durante años amenaza con salir a la luz. En sus últimos momentos, cargados de tensión, arrepentimiento y un miedo profundo, ella revela un secreto que no solo sacudirá a la familia, sino que marcará el destino de Jana para siempre. Este avance promete convertirse en uno de los más emotivos y explosivos de la serie.
La atmósfera en la hacienda es inquietante desde el primer minuto. Los pasillos, antes llenos de rutina y conversaciones superficiales, ahora parecen ahogados por un silencio espeso que presagia tragedia. Todos saben que Leocadia está agonizando, pero nadie imagina que, antes de su último aliento, soltará una confesión capaz de reordenar el tablero de poder y resentimientos que domina La Promessa. Jana es la primera en sentir esa tensión. Sin embargo, su intuición no alcanza a comprender la magnitud de lo que está por escuchar.
A lo largo del episodio, vemos a Leocadia debatiéndose entre la conciencia y el delirio. Sus ojos, cansados por la enfermedad y el desgaste emocional, buscan desesperadamente a Jana. Hay algo que ha guardado demasiado tiempo, algo que ya no puede cargar en silencio. Su voz, quebrada por el dolor, pide hablar a solas con la joven. Este simple gesto despierta sospechas en todos los presentes: ¿qué puede querer Leocadia en sus últimos instantes con alguien que, en apariencia, no tiene verdadera relación con ella? Pero Jana, aunque desconcertada, accede a entrar en la habitación, sin saber que está a punto de recibir una revelación que cambiará su vida.
La escena entre ambas mujeres es intensa, casi insoportable por la mezcla de angustia, culpa y urgencia. Leocadia toma la mano de Jana con una fuerza inesperada, como si esa confesión fuera lo único que la mantiene viva. Con voz temblorosa, comienza a explicar que ha ocultado algo relacionado directamente con el pasado de Jana, algo que nunca debió salir a la luz, pero que ahora no puede seguir enterrado. “Perdóname”, murmura, dejando a Jana paralizada. El arrepentimiento que se refleja en su rostro es tan profundo que incluso la joven, pese al shock, siente una punzada de compasión.
A medida que Leocadia despliega su testimonio, el espectador empieza a comprender que la historia de Jana ha estado construida sobre una mentira cuidadosamente diseñada. El origen del secreto tiene raíces en una traición que involucró tanto a Leocadia como a otras figuras poderosas de la hacienda. Por miedo, ambición o lealtades equivocadas, ella decidió callar durante años, permitiendo que Jana creciera sin conocer su verdadera identidad ni la naturaleza exacta de las desgracias que marcaron su infancia. La enfermedad —y la culpa acumulada— la empuja ahora a hablar.
Mientras tanto, fuera de la habitación, el clima se vuelve cada vez más tenso. Cruz, siempre desconfiada, percibe que algo grave está ocurriendo. Sus nervios se crispan y empieza a merodear por los pasillos como un animal acorralado que teme perder el control. El hecho de que Leocadia hable con Jana y no con ella, ni con su propia familia, la inquieta profundamente. Sabe que la mujer moribunda guarda secretos, y que algunos podrían poner en riesgo no solo su poder sino también su reputación. Pero es demasiado tarde: lo que Cruz teme que salga a la luz, ya está siendo revelado al otro lado de la puerta.
El punto más impactante del avance llega cuando Leocadia, entre sollozos y respiraciones cortas, hace la confesión final. Jana escucha atónita cómo la mujer le revela un nombre, un evento y un vínculo oculto que la obliga a replantearse todo lo que creía saber sobre su pasado. La verdad llega como un golpe devastador: no solo cambia su identidad, sino que la relaciona directamente con las tragedias y conflictos que han definido la vida en La Promessa. Se trata de un secreto que, al hacerse público, amenaza con dividir familias, destruir alianzas y reabrir heridas que nunca cicatrizaron.

Jana queda paralizada. Sus ojos, llenos de incredulidad y furia contenida, no pueden apartarse del rostro marchito de Leocadia. Parte de ella quiere gritar, exigir explicaciones, maldecir el silencio que tanto daño le causó. Pero la otra parte —la que aún se aferra a la compasión— comprende que esta mujer, por débil y culpable que sea, intenta reparar un error imperdonable antes de abandonar el mundo. Apenas hay tiempo para procesar la magnitud del secreto cuando Leocadia empieza a perder fuerza. Su mano, que hasta entonces apretaba la de Jana con desesperación, se debilita lentamente. Sus ojos se nublan. Un último suspiro, una última palabra incompleta… y la habitación queda sumida en un silencio devastador.
Jana se queda sola, atrapada entre el dolor, el shock y una nueva misión que no sabe cómo afrontar. La joven sale de la habitación tambaleándose, incapaz de mantener la compostura. Afuera, todos la observan, tratando de adivinar qué ha ocurrido. Pero Jana no dice nada. Aún no puede. Necesita tiempo para entender la magnitud de lo que acaba de escuchar, para asimilar que su vida entera acaba de cambiar. Y a la vez, comprende que ahora tiene entre sus manos una verdad capaz de romper el equilibrio frágil que domina la hacienda.
El episodio termina con un presentimiento oscuro: lo que Leocadia confesó antes de morir no solo afecta a Jana, sino a toda La Promessa. La revelación promete desencadenar un conflicto que será imposible detener. Y aunque la muerte de Leocadia cierra un capítulo, abre otro que nadie está preparado para enfrentar.