LA PROMESA Viernes 12 de septiembre a las 18:15 h Avance del episodio 674

Hola, soy tu Gustav
La semana llega a su fin en La Promesa, pero lejos de traernos calma o certezas, el viernes 12 de septiembre se anuncia como un torbellino de emociones, tensiones familiares y venganzas silenciosas. El capítulo 674 promete ser uno de esos episodios donde los personajes se ven empujados al límite, obligados a mostrar sus verdaderos rostros y a tomar decisiones que marcarán sus destinos.

Catalina, el blanco de todos
El punto de partida se centra en Catalina, quien, con valentía, decide dar la cara ante toda su familia para confesar públicamente su implicación en la protesta de los trabajadores contra el varón de Valladares, o como cariñosamente lo llaman algunos, “el varón de Moñigales”. Catalina lo hace con la cabeza erguida, convencida de que su acto fue justo y necesario. Sin embargo, en lugar de apoyo recibe un golpe tras otro.

Su padre, Alonso, frío y distante, le reprocha haber cruzado una línea de la que no hay vuelta atrás. Pero la más cruel de todas es Leocadia, quien con su veneno habitual la destroza delante de todos. La acusa de ser una niña rica jugando a los juegos de los adultos, incapaz siquiera de comprender las consecuencias de sus actos. Las palabras de Leocadia son como cuchillas y dejan a Catalina sin defensa, salvo la fuerza de sus propias convicciones. Es una escena desgarradora que refleja no solo la incomprensión de su familia, sino también la soledad en la que se queda esta joven que nunca se ha resignado a callar frente a la injusticia.

La Promesa, avance del capítulo 674 del viernes 12 de septiembre: Ángela protagoniza un íntimo reencuentro con Curro | Series

Martina, atrapada en las redes del poder
Mientras Catalina lucha contra los suyos, Martina se ve arrastrada hacia un destino que no desea. El patronato de la Virgen Milagrosa vuelve a mostrar interés en que ella forme parte de sus filas. Ni la devoción religiosa ni el entusiasmo personal tienen cabida aquí: lo que mueve a los poderosos es la conveniencia y la imagen.

El marqués, Lorenzo y hasta San Jacobo ejercen presión para que acepte, convencidos de que el apellido Luján necesita estar vinculado a un proyecto de prestigio en tiempos tan convulsos. Martina, rodeada y sin escapatoria, termina cediendo. Acepta el cargo, pero sus ojos apagados lo dicen todo: no lo hace por fe ni por ilusión, sino porque una vez más, en La Promesa, las mujeres deben sacrificarse para limpiar y sostener el honor de los hombres.

Vera rompe con Lope
Abajo, en los dominios de la servidumbre, también se rompen cadenas, aunque estas sean sentimentales. Vera, la doncella, por fin se enfrenta a Lope. El joven, que siempre ha intentado protegerla, ya no suena como un apoyo sino como un carcelero. Vera lo acusa de decidir por ella, de hablar con su hermano a sus espaldas y de marcarle el camino sin escuchar sus deseos. La paciencia de la joven se agota y con firmeza pone punto final a la relación.

Lope, destrozado, queda sin argumentos. Esta vez no hay marcha atrás. Aunque Teresa había prometido intervenir y advertir a Vera sobre los riesgos de su familia y de su padre, su consejo llega tarde: Vera ya ha tomado la decisión y no piensa volver atrás.

Toño y Enora: un amor en pausa
En paralelo, la inocencia del amor juvenil también se tambalea. Toño, hijo de Simona, ilusionado y rebosante de esperanza, confiesa a Manuel que quiere pedirle matrimonio a Enora. Está decidido, convencido de que ella es la mujer con la que quiere compartir su vida. Con ternura se lo insinúa a Enora, pero la respuesta no es la que esperaba.

Ella, aunque lo quiere, siente que no está lista para dar un paso tan grande. Le pide tiempo, lo cual deja a Toño atrapado en ese terreno incómodo donde la esperanza y la decepción se mezclan. El joven soñaba con un “sí” inmediato, pero ahora deberá aprender a convivir con la incertidumbre.

Las heridas de Pía, Ricardo y Petra
En otro rincón de La Promesa, Cristóbal Ballesteros sigue ejerciendo su vigilancia autoritaria sobre Pía y Ricardo, dos corazones que sueñan con un futuro juntos a pesar de saber que el camino será largo y lleno de obstáculos. Su amor es un faro, pero también un desafío al control implacable del capitán.

Mientras tanto, Petra continúa con su herida abierta, tanto física como emocional. Ella misma se convierte en símbolo de lo que ocurre en el palacio: cicatrices que no cierran, dolores que se prolongan y secretos que nadie logra curar.

Curro y Ángela: el reencuentro más esperado
En medio de tanta oscuridad, surge una chispa de esperanza. Tras días de angustia, Curro entra por fin en la habitación de Ángela. Ella duerme, pero al despertar y verlo junto a su cama, la emoción ilumina su rostro. No hacen falta grandes discursos; unas pocas frases, un par de caricias y una mirada son suficientes para transmitir todo lo que sienten.

Ángela comprende que Curro jamás dejó de buscarla, que su amor fue más fuerte que cualquier peligro. El reencuentro es tierno y conmovedor, pero la amenaza no desaparece: aún no hay pruebas contra Lorenzo, y la sombra de ese enemigo sigue acechando. De hecho, al salir Curro del cuarto en plena noche, se topa con el capitán, que lo llama desde las sombras. La tensión se dispara: ¿podrá Curro escabullirse sin levantar sospechas o estamos al borde de una confrontación que podría tener consecuencias fatales?

La Promesa Capitulo 674 Avance

La venganza de Leocadia
Y mientras todos viven sus dramas personales, Leocadia prepara su jugada maestra. Entra al despacho de Ballesteros con el rostro frío y calculador. No necesita gritar ni alzar la voz: su furia contenida se traduce en palabras afiladas. Declara estar cansada de mantener las apariencias frente a “esa panda de inútiles” y, sobre todo, expresa su odio hacia Manuel, a quien acusa de haberla traicionado.

Con firmeza sentencia que no perdona humillaciones y que Manuel de Luján pagará muy caro lo que ha hecho. Ballesteros, cauteloso, le pregunta si de verdad piensa dejarlo correr, y ella responde con la certeza de quien ya ha tomado una decisión: la venganza está en marcha. Para rematar, afirma que lo más importante es la recuperación de su hija, pero que no olviden una cosa: la venganza es un plato que se sirve frío.

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Estas palabras sellan un nuevo frente de conflicto: Leocadia contra Manuel, una guerra que se cocinará en silencio pero que promete estallar en cualquier momento con una violencia implacable.

Conclusión
El capítulo 674 de La Promesa se perfila como un mosaico de emociones extremas: Catalina humillada por los suyos, Martina atrapada en compromisos que no desea, Vera liberándose de una relación opresiva, Toño frenado en su ilusión de amor, Curro arriesgando todo por Ángela y Leocadia encendiendo la mecha de una venganza que amenaza con devorar a los Luján.

Nada parece encaminarse hacia la calma. Al contrario, este episodio marca el inicio de tormentas aún más grandes. Como siempre en La Promesa, los silencios dicen más que las palabras y los gestos velados preparan el terreno para traiciones y batallas que todavía no hemos visto.

Con todo esto, queda claro que la recta final de la semana no trae descanso, sino un torbellino de pasiones, odios y decisiones irreversibles. Y lo mejor —o lo peor— está aún por llegar.

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