Bienvenidos a una nueva entrega dedicada al adelanto del capítulo de La Promesa correspondiente al miércoles 3 de diciembre de 2025. En esta ocasión vamos a profundizar en los acontecimientos que marcarán el episodio y que, como verás, estarán repletos de tensión emocional, decisiones difíciles y confrontaciones inevitables entre los personajes que más queremos —y también entre aquellos que más problemas generan.

La situación de Ángela sigue agravándose. La joven se encuentra completamente desbordada y apenas logra sostener el peso de lo que se le viene encima. Durante una conversación íntima, casi un desahogo desesperado, le confiesa a Martina que ya no puede más. El matrimonio con Lorenzo, que cada día se acerca más, es para ella una pesadilla de la que no ve forma de escapar. Le dice abiertamente que se siente atrapada, sin un resquicio de esperanza al que aferrarse. Lo más doloroso es que, esta vez, ni siquiera su madre Leocadia parece dispuesta a ayudarla. La joven llega a plantearse si de verdad tendrá que enfrentarse sola a un destino que no ha elegido y que la aterroriza.

Martina tampoco atraviesa su mejor momento. Ella, que intenta ser apoyo para los demás, guarda dentro de sí un cúmulo de preocupaciones que no cesan de crecer. Las tensiones latentes entre Jacobo y Adriano, que llevaban días acumulándose, terminan por estallar en un enfrentamiento abierto. Lo que empieza como una discrepancia acaba convirtiéndose en una acalorada discusión en la que ninguna palabra es bien recibida. Para empeorar las cosas, Leocadia se entromete de la peor manera, avivando el conflicto y creando un ambiente insoportable. La casa entera parece ir cargándose de electricidad, esperando el chispazo que termine de hacerla estallar.

En medio de este clima tan denso, Curro reúne la determinación suficiente para hacer algo que llevaba reprimiendo mucho tiempo: abrir su corazón a Manuel. Con un nudo en la garganta, le confiesa no solo que está enamorado de Ángela, sino también el tormento que Lorenzo le está haciendo vivir. Le explica el miedo constante, la presión insoportable y la manera en que el capitán manipula cada uno de sus pasos. Manuel, conmovido por el sufrimiento de su hermano, no duda un instante. Se posiciona completamente a su lado, dispuesto a enfrentar lo que haga falta por él.

Ese apoyo fraternal lleva rápidamente a un enfrentamiento directo. Manuel decide presentarse ante Lorenzo para pedir explicaciones. Lo que en teoría debía ser un simple reproche se transforma en un choque lleno de tensiones, acusaciones y palabras que dejan claro el abismo que existe entre ambos. El capitán no tolera que se cuestione su autoridad, y Manuel no está dispuesto a permitir que su hermano siga siendo una víctima. Este duelo verbal deja en evidencia la ruptura profunda que separa al heredero y al capitán, un conflicto que no hará más que intensificarse con el paso de los episodios.

Al mismo tiempo, María Fernández se enfrenta a un torbellino emocional propio. La llegada de Carlo —el padre del hijo que espera— la desconcierta por completo. Ella no sabía cómo reaccionaría ante su presencia, y descubrirlo en la casa, convertido ahora en un nuevo lacayo, la desarma. Él intenta acercarse con suavidad, con gestos de comprensión, pero María no se siente preparada para una conversación tan delicada. Aun así, Samuel aparece a su lado, recordándole que no tiene por qué vivir este proceso sola. Con ternura, le aconseja que tarde o temprano deberá hablar con Carlo, y le promete que estará junto a ella ocurra lo que ocurra. La pregunta que flota en el aire es inevitable: ¿encontrará María el valor necesario para dar ese paso?

Mientras tanto, en las zonas de servicio, la tensión también aumenta. Teresa advierte a las doncellas que la carga de trabajo será mucho mayor debido a la inminente boda. Cristóbal, inflexible, rechaza la idea de proporcionar compensaciones por el esfuerzo extra. Sin embargo, da su brazo a torcer en un punto: permite que López regrese a la cocina para ayudar en la elaboración del menú nupcial, una tarea que requiere manos expertas y coordinación absoluta.

Por su parte, Petra, López y Vera continúan empeñados en desentrañar el misterio del ladrón de recetas. Aunque las pistas son escasas y la investigación avanza con dificultad, los tres están decididos a descubrir la verdad, cueste lo que cueste. La presión en la cocina aumenta, y la sombra del sabotaje continúa amenazando la estabilidad del servicio.