Dentro de la habitación secreta de Cruz | AVANCE DE LA PROMESA

Alla promessa tutto sembra tornare calmo finché non si solleva il velo
En la Promesa, la aparente calma es solo un espejismo. Las tensiones acumuladas durante semanas comienzan a desbordarse con dos confesiones cruciales que cambian el rumbo de la historia: las de Catalina y Diana. Estas revelaciones colocan a Manuel frente a una realidad que jamás habría imaginado: su madre podría ser alguien muy distinto a la persona que él creía conocer. Sin embargo, mientras los protagonistas lidian con estos giros emocionales, hay alguien que mueve los hilos desde las sombras: Leocadia. Su presencia no es casual; observa, analiza y decide cuándo intervenir, manipulando situaciones que parecen surgir de forma espontánea, pero que en realidad obedecen a su control silencioso.

Al mismo tiempo, un secreto del pasado resurge con fuerza. Rómulo confiesa algo que ocurrió hace veinte años: recibió una orden de Cruz que jamás ejecutó. El motivo que explica esta desobediencia sorprende tanto a la marchesa como a todos los presentes, generando un vuelco inesperado en la historia y afectando la percepción que los personajes tienen de las decisiones pasadas. Este secreto antiguo, unido a las decisiones presentes, complica aún más la situación en la Promesa, y demuestra cómo el pasado nunca queda realmente atrás.

La Promesa: Tomás conocía la habitación secreta

Mientras Catalina prepara su valija y decide marcharse, Hann y Emanuel observan el horizonte más allá de los muros del palacio, reflexionando sobre si su luna de miel representará libertad o si, por el contrario, será solo una breve pausa antes de nuevas tormentas. La incertidumbre se mezcla con la esperanza, y cada personaje parece estar en un punto crucial de su vida, consciente de que cualquier decisión podría cambiarlo todo.

Bajo los pisos del palacio, un viejo secreto comienza a revelarse. Una cerradura cede y Lope y Marselo logran finalmente acceder a un pasaje oculto, un corredor que ha permanecido sellado y silencioso durante años. Las preguntas surgen de inmediato: ¿qué se oculta tras esas paredes? ¿A quién pertenecen las voces que resuenan en la penumbra? La curiosidad y la tensión se sienten como una presencia física en cada paso que dan dentro del corredor, anticipando misterios que pronto podrían sacudir a todos los habitantes de la Promesa.

Mientras tanto, Vera y Teresa no descansan. Convencidas de que en la habitación de Cruz existe un pasadizo secreto, deciden compartir sus sospechas con Lope y Marselo, quienes quedan estupefactos ante la noticia. La posibilidad de descubrir algo oculto dentro del palacio abre una nueva línea de intriga, y todos los personajes se ven impulsados a cuestionar lo que hasta ahora consideraban seguro.

No obstante, la tensión personal también se mantiene alta. Cruz continúa hostigando a Hann, imponiéndole reglas absurdas, como la elección del padrino para la boda —Lorenzo— y un vestido de novia que no es el que Manuel le había regalado con tanto cariño. Ana, inevitablemente, se siente decepcionada, pero encuentra en Leocadia un apoyo inesperado. La nueva llegada le recuerda concentrarse en lo esencial: pronto podrá casarse con el hombre que ama, y nada ni nadie debe robarle esa felicidad.

Paralelamente, Curro logra contactar finalmente con Martina, pero recibe noticias que lo dejan sin aliento: se encuentra en Santander con su amiga Piluca, lo que le imposibilita asistir al matrimonio de su primo. La información sume a Manuel en una profunda desesperación; está cansado de las constantes intrusiones de su madre y considera la idea de huir junto a Ana, lejos de todo conflicto. Esta propuesta recibe el respaldo inmediato de Curro, quien le aconseja seguir la voz de su corazón, sin ceder a presiones externas.

En otro punto del palacio, Catalina toma una decisión trascendental. Confiesa a su hermano Manuel que planea abandonar la Promesa después de la boda, decisión que recibe el apoyo de Leocadia, quien la alienta a asumir su papel de madre sola con determinación y valentía. Entre tanto, María continúa sufriendo por sus sentimientos hacia el padre Samuel, un amor no correspondido que le causa dolor mientras observa cómo la trama se complica alrededor de ella.

Cruz, fiel a su naturaleza, no cesa en sus intentos de sabotaje. La marcha de Catalina y la intervención de Leocadia frustran sus planes, revelando que la influencia de la marchesa sobre los sucesos del palacio es limitada. La tensión alcanza su punto máximo el día de la boda de Hann y Manuel, un evento que debería simbolizar amor y celebración, pero que en la Promesa se convierte en un campo de batalla lleno de intrigas y maquinaciones.

Durante la ceremonia, Cruz utiliza a Petra para impedir que el padre Samuel celebre la boda, encerrándolo con María en el estudio de Manuel. Este acto provoca gran frustración entre los sirvientes, aunque para Vera es un alivio, pues teme que un evento tan concurrido pueda exponer secretos de su pasado. Entre tanto, Manuel revive cada recuerdo junto a Hann: los sacrificios, los momentos de desesperación y los sueños compartidos. La ausencia de familiares queridos —como Tomas, Leonor y los tíos Fernando y Margarita— añade un peso emocional extra al día que debería ser el más feliz de sus vidas.

La confesión de Martina sobre la verdad de su pasado libera a los novios del temor que un secreto pudiera separarlos, y mientras los festejos continúan, Riccardo Pellisser lucha con los fantasmas de su esposa fallecida. Pía interviene para protegerlo, enfrentando su obsesión y recordándole que no puede vivir atrapado en el pasado. La tensión entre padre e hijo aumenta cuando Petra revela la verdad sobre la madre de Santos, generando conflictos y secretos que amenazan con desestabilizar a toda la familia.

A pesar de los obstáculos, Hann y Manuel logran disfrutar de algunos momentos de felicidad. Catalina, por su parte, decide enfrentar a Cruz, revelando las verdaderas motivaciones detrás de las manipulaciones de Pelaio y explicando por qué ha decidido abandonar el palacio antes de convertirse en madre. La intervención de Leocadia resulta decisiva, alentando a todos los personajes a actuar con valentía frente a las adversidades y revelando secretos que cambian la percepción de la familia sobre el pasado y el presente.

Avance 'La Promesa', capítulo miércoles 15 de enero: Catalina, en serio  peligro por culpa de Cruz

Avance ‘La Promesa’, capítulo miércoles 15 de enero: Catalina, en serio peligro por culpa de Cruz

Finalmente, Lope, Vera, Marcelo y Teresa logran abrir el pasadizo secreto tras encontrar la llave correcta. El corredor se revela oscuro, silencioso y cargado de una energía que hiela la sangre. No necesitan adentrarse para sentir el peso del dolor que se ha vivido allí; cada pared parece impregnada de sufrimiento. Al centro del pasadizo, una cuna solitaria se convierte en símbolo de secretos olvidados y tragedias pasadas. Lope y Marcelo intercambian miradas tensas, conscientes de que han abierto una puerta que nunca podrá cerrarse completamente, y que lo que descubran allí tendrá repercusiones profundas para todos los habitantes de la Promesa.

El episodio termina dejando múltiples frentes abiertos: Catalina parte para buscar tranquilidad y seguridad, Hann y Manuel enfrentan los desafíos de su luna de miel y Cruz continúa tramando sus intrigas, mientras secretos, venganzas y misterios del pasado comienzan a emerger con fuerza. La tensión en la Promesa está lejos de terminar, y cada decisión de los protagonistas anticipa nuevas sorpresas y conflictos que prometen mantener a los espectadores al borde del asiento.

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