LA PROMESA Avance Capítulo 681 Martes 23 de Septiembre Carta de Adriano y Catalina
Entre la boda impuesta y la desaparición de Catalina: un martes decisivo en La Promesa
La tensión en La Promesa ha alcanzado un punto límite, y lo que nos espera mañana martes promete ser uno de esos episodios que quedarán grabados en la memoria de los seguidores. Todo se desencadena con dos acontecimientos que sacuden los cimientos del palacio: el anuncio inesperado de la boda entre Ángela y Lorenzo de la Mata, y la desaparición de Catalina, la hija del marqués, junto a sus pequeños. Dos tramas que se cruzan y que generan un torbellino de emociones, sospechas y enfrentamientos en cada rincón de la casa.
El anuncio del compromiso realizado por doña Leocadia es, sin duda, la chispa que prende la hoguera. Nadie en la familia ni entre los sirvientes esperaba semejante revelación. Ángela, la muchacha inocente que apenas empieza a descubrir el mundo, se ve de pronto comprometida con el capitán Lorenzo, conocido por todos por sus turbias intenciones y su carácter ruin. Leocadia, calculadora y decidida, lanza la noticia sin temblarle la voz, convencida de que su plan es la única forma de proteger sus secretos. La familia se queda helada, incapaz de comprender qué motivos pueden justificar semejante unión.
Avance de ‘La Promesa’ del martes 23 de septiembre
La noticia corre como pólvora desde el salón principal hasta las cocinas. Allí, el servicio no puede dar crédito. Simone, Candela, Teresa y los demás se preguntan entre murmullos si se trata de una broma de mal gusto, porque cuesta imaginar a la dulce Ángela atada de por vida a un hombre tan indeseable como Lorenzo. Sin embargo, las miradas serias y tensas confirman que no hay trampa ni chiste alguno: el compromiso es real, y Leocadia lo defiende con uñas y dientes.
En medio de este caos, Alonso intenta poner freno a la situación. El marqués, que tantas veces se ha mantenido al margen de los conflictos, esta vez decide alzar la voz. Se enfrenta a Leocadia con determinación, acusándola de actuar de manera precipitada y de arruinar la vida de su hija. No obstante, Leocadia, firme en su postura, no revela los verdaderos motivos que la empujan a orquestar esta boda: su temor a que Lorenzo destape sus secretos más oscuros y el afán por separar a Curro de Ángela. Así, bajo una fachada de sensatez en tiempos convulsos, presenta su decisión como un acto de prudencia, aunque en el fondo todos perciben que esconde algo más.
Curro, atrapado entre el amor que siente por Ángela y la imposibilidad de rebelarse abiertamente, se encuentra entre la espada y la pared. El joven no sabe cómo actuar ni cómo proteger a la mujer que ama sin poner en riesgo a todos. Su silencio es desgarrador, pues en su interior arde una rabia contenida que amenaza con estallar en cualquier momento.
Pero justo cuando el palacio está sumido en la conmoción por el compromiso, un suceso aún más grave sacude a todos: Catalina y sus hijos desaparecen sin dejar rastro. La alarma se extiende rápidamente, y el miedo se instala en cada rincón de la Promesa. Nadie entiende cómo ha podido ocurrir ni cuál es el destino de la hija del marqués. La incertidumbre es insoportable.
Afortunadamente, los pequeños aparecen horas más tarde en un cobertizo, sanos y salvos, aunque confundidos y asustados. Sin embargo, no hay señales de Catalina. Su ausencia pesa como una losa sobre todos los presentes. La familia se aferra a la esperanza, pero el silencio y el vacío que deja generan un dolor inmenso.
En medio de esa angustia, Adriano encuentra la clave: una carta que aparece en la cuna, aparentemente escrita por Catalina. En ella, la joven explica que ha tomado la dolorosa decisión de alejarse para proteger a sus hijos. Sus palabras transmiten un sacrificio enorme: prefiere mantenerse lejos si eso garantiza que sus pequeños estén a salvo. Pero la duda permanece: ¿es realmente una decisión voluntaria o un mensaje dictado bajo amenaza? La ambigüedad de la carta deja un sabor amargo y despierta sospechas entre quienes la leen.
El ambiente en palacio se vuelve irrespirable. La tensión es tan densa que cuesta incluso respirar. Es entonces cuando Cristóbal y Petra, conscientes del caos reinante, deciden dar un paso adelante y recuperar la autoridad. Como responsables de mantener el orden en ausencia de una dirección clara, se imponen con firmeza y comienzan a tomar las riendas de la situación. Su objetivo es estabilizar el día a día del servicio y mantener la disciplina en medio de tanta incertidumbre.
Mientras tanto, en las cocinas y entre los pasillos, los ánimos no pueden estar más revueltos. La ausencia de Pía, siempre querida y respetada por todos, se hace notar profundamente. María Fernández, Candela y otros compañeros del servicio no esconden su malestar. Todos sienten que falta una figura fundamental que aportaba equilibrio y cordura. Esa carencia genera un vacío emocional que aumenta la tensión general.
María Fernández, de carácter franco y sin pelos en la lengua, no tarda en reprocharle a Samuel su actitud. Le recrimina que defienda a Cristóbal y Petra sin cuestionar sus métodos, advirtiéndole de que puede salir perjudicado si se alinea demasiado con ellos. Samuel, por su parte, se encuentra en una situación incómoda. Su intención no es tomar partido, sino intentar ayudar, en especial a Petra, a quien percibe abatida y malhumorada. Sin embargo, su manera de aproximarse no es la más acertada.
Samuel interpreta los gestos de Petra como simple malhumor, sin advertir que hay algo más profundo detrás. La mujer se queja de fuertes molestias en el cuello, un dolor que no logra disimular. Samuel, ingenuo, le aconseja que se relaje, que no se lo tome todo tan a pecho y que deje de cargar con tanta tensión. Sus palabras, aunque bienintencionadas, resultan insuficientes y hasta un poco condescendientes. Lo que él no imagina es que esos síntomas son el preludio de algo más grave que irá empeorando con el tiempo.
Avance de ‘La Promesa’ del martes 23 de septiembre
Así, mientras en los salones la familia lidia con la desaparición de Catalina y el absurdo compromiso de Ángela con Lorenzo, en las cocinas los criados se enfrentan a su propia batalla de emociones, reproches y preocupaciones. Cada rincón de la Promesa se convierte en un hervidero de rumores, miedos y tensiones contenidas.
El episodio de mañana martes promete ser un verdadero torbellino: veremos cómo se enfrentan Alonso y Leocadia en un choque de voluntades, cómo Curro y Ángela lidian con un destino impuesto, y cómo la sombra de Catalina se cierne sobre todos con un misterio aún sin resolver. Al mismo tiempo, el servicio tendrá que adaptarse a la ausencia de Pía, a la nueva autoridad de Cristóbal y Petra, y a los problemas de salud que empiezan a afectar seriamente a esta última.
Una jornada donde la promesa del título de la serie se pondrá a prueba como nunca antes: la promesa de lealtad, de amor y de sacrificio que cada personaje guarda en su interior. Y es que en esta historia nada es lo que parece, y cada secreto destapado trae consigo nuevas tormentas.
El martes en La Promesa no será un día cualquiera: será el inicio de nuevas heridas, nuevos enfrentamientos y quizá también, de alianzas inesperadas que marcarán el rumbo de todos los que habitan en el palacio.