Haz el favor de encargarte de tus tareas y de dejar que sea yo quien gestione de la forma más conveniente la búsqueda de mi hija
En La Promesa, las tensiones alcanzan un punto álgido y los secretos del pasado regresan para sacudir los cimientos de la historia. Todo comienza con una discusión entre Cristóbal Ballesteros y Leocadia. El mayordomo, siempre rígido y con un carácter férreo, se enfrenta a ella con una franqueza brutal: quiere ser él quien dirija la búsqueda de Ángela, y no acepta interferencias. Sin embargo, la conversación toma un rumbo inesperado cuando Cristóbal, tras días dándole vueltas a un pensamiento perturbador, suelta la gran pregunta: ¿es él el verdadero padre de Ángela?

El impacto es inmediato. Leocadia queda desarmada ante la mirada inquisitiva de Ballesteros, que la acorrala con la seriedad que lo caracteriza. Aunque lo más probable es que ella lo niegue, la sola sospecha abre un debate que lo envuelve todo. Los espectadores no pueden evitar cuestionarse si existe la posibilidad de que, en efecto, Cristóbal sea el progenitor de la muchacha. La edad y los tiempos cuadran; además, ambos se conocen desde la juventud, y ese vínculo del pasado podría haber ocultado una relación que ahora sale a la luz.

El trato especial que Ballesteros siempre ha mostrado hacia Ángela no ha pasado desapercibido. Nunca la trató como a una doncella más, sino con un respeto diferente, casi paternal. Incluso en momentos de crisis, ha sabido estar a su lado, brindándole apoyo y protección. Lo mismo ocurre con Curro: Ballesteros lo defendió en varias ocasiones, mostrándose más humano de lo que su fachada rígida dejaba ver. Gestos como una palmada en la espalda o una palabra de aliento parecían pequeños detalles, pero ahora, a la luz de esta revelación, podrían adquirir un significado mucho más profundo. ¿Y si toda esa actitud no era casualidad, sino la manifestación inconsciente de un lazo de sangre?

La Promesa: Leocadia se niega a revelar quién es el padre de Ángela

La comparación con el marqués Alonso resulta inevitable. Durante años trató a Curro como si fuera su sobrino, pero en el fondo algo en su interior le decía que era su hijo. Esa “llamada de la sangre” que no puede explicarse con lógica, pero que late en lo más hondo. Del mismo modo, podría estar ocurriendo entre Ballesteros y Ángela: un instinto silencioso que delata una verdad reprimida.

Lo cierto es que Leocadia nunca ha revelado la identidad del padre de su hija, ni siquiera cuando Ángela le rogó saberlo. Ese silencio siempre fue sospechoso. Callar de ese modo solo puede significar que la verdad es demasiado escandalosa o dolorosa como para ser pronunciada. Si Ballesteros realmente fuese el padre, explicaría muchas cosas: su cercanía, sus contradicciones y hasta la manera en que defendió a la joven en más de una ocasión.

Pero la conversación entre Cristóbal y Leocadia no es lo único que sacude este capítulo. A la par, Lorenzo, el Capitán de la Mata, vuelve a mover los hilos con una amenaza que hiela la sangre. Ante la desesperación de Leocadia, quien siente que su hija está en sus manos, ella toma una decisión extrema: ofrecerse a casarse con él para proteger a Ángela. Un acto desesperado, fruto del amor de una madre dispuesta a sacrificarse por salvar a su hija.

La escena es desgarradora. Leocadia, con voz firme aunque rota por dentro, le dice a Lorenzo que, si lo que busca es matrimonio, que la tome a ella como esposa. Lo plantea como un castigo, como un sacrificio personal. Pero el capitán, con esa ironía cruel que lo define, responde con una burla hiriente: “Gallina vieja hace buen caldo, pero prefiero la joven.” La frase no solo humilla a Leocadia, sino que deja claro que su obsesión es con Ángela, y que nada ni nadie lo hará desistir de su propósito.

No es la primera vez que Lorenzo intenta casarse bajo excusas retorcidas. Ya lo hizo tiempo atrás, cuando Ángela golpeó a un noble en una fiesta y él quiso “lavar su reputación” a través de un matrimonio forzado. Entonces, Leocadia lo rechazó tajantemente. Ahora, sin embargo, la situación es mucho más grave: Ángela está desaparecida y todo apunta a que él la mantiene secuestrada. El hallazgo de la chaqueta de la joven en el lugar que Lorenzo había mencionado da credibilidad a sus palabras, aunque la sensación de que juega con todos sigue latente.

El miedo de Leocadia no solo nace del posible destino de su hija, sino también de un secreto más oscuro. Existe la posibilidad de que Lorenzo sea, en realidad, el verdadero padre de Ángela. Y si así fuera, la obsesión del capitán por casarse con ella adquiriría un matiz incestuoso aterrador. Sería un golpe definitivo, el más escandaloso que podría sacudir La Promesa. Y esa hipótesis explicaría por qué Leocadia se niega con tanta firmeza a permitir esa unión. No es solo la repulsión hacia un hombre ruin, sino el instinto de una madre que guarda un secreto imposible de confesar.

El pasado entre Leocadia y Lorenzo no es ningún misterio: fueron amantes, aunque ella prefiera olvidarlo. Reconocer que de esa relación nació Ángela sería como abrir la puerta al horror. ¿Cómo decirle a su hija que el hombre más despreciable, el capitán Garrapata, es su padre? Esa sería la razón definitiva de su silencio y de su resistencia a revelar jamás la identidad del verdadero progenitor.

La Promesa: ¿Quién es el padre de Ángela?

El dilema está servido. Por un lado, Cristóbal Ballesteros plantea la incógnita con su pregunta directa, lo que despierta la teoría de que él podría ser el padre. Por otro lado, las sombras del pasado entre Lorenzo y Leocadia alimentan la posibilidad de un incesto, que sería la bomba más destructiva para todos los personajes. En medio de todo, Leocadia se sacrifica y se ofrece en matrimonio, dispuesta a pagar el precio más alto para salvar a su hija.

El capítulo deja un reguero de interrogantes. ¿Es Ballesteros el padre oculto de Ángela? ¿O lo es Lorenzo, lo que explicaría la negativa feroz de Leocadia? ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar esta mujer para proteger a su hija? Y lo más inquietante: ¿qué será de Ángela mientras tanto, atrapada en las garras del capitán?

Cada respuesta parece abrir una nueva incógnita, y los espectadores quedan atrapados en un torbellino de dudas, esperando que el próximo episodio arroje un poco de luz sobre este enredo. En La Promesa, el misterio de la paternidad de Ángela se convierte en el eje central de una trama que amenaza con desmoronar reputaciones, relaciones y hasta la propia estabilidad del palacio.

Lo único seguro es que nada volverá a ser igual después de este enfrentamiento. Cristóbal ha abierto una puerta que ya no puede cerrarse, y Leocadia ha puesto en juego su dignidad por salvar a su hija. El fantasma del pasado camina ahora libre por los pasillos de La Promesa, y el desenlace promete ser tan oscuro como sorprendente.