La familia Luján pierde a una de sus figuras más queridas. Tras casi tres años en antena, La Promesa dice adiós a Catalina, personaje al que Carmen Asecas ha dado vida desde los inicios de la ficción de TVE. Su marcha, envuelta en un giro dramático con tintes de secuestro, ha sorprendido a los espectadores y abre una nueva etapa en el serial de Bambú Producciones, que ya ha afrontado otras bajas relevantes como las de Ana Garcés (Jana) o Eva Martín (Cruz).

El final de Catalina ha sido tan doloroso como inesperado. Su compromiso con los trabajadores y su empeño por desafiar el poder del barón de Valladares le han costado caro. En la trama, la noble fue obligada a separarse de sus hijos y abandonar el palacio bajo amenaza de muerte, en un episodio que dejó en shock a los propios personajes y a la audiencia.

Asecas, en una entrevista con RTVE Play, reconocía que este papel ha marcado un antes y un después en su carrera: “Interpretar a Catalina ha supuesto un auténtico desarrollo personal. Siento que aquí me he curtido como actriz. Ya sé cómo funciona lo técnico, así puedo jugar como actriz. Eso lo he aprendido gracias a todos mis compañeros, a todo el equipo técnico y artístico que me han enseñado a trabajar en la industria”.

La actriz recuerda, además, cómo recibió la propuesta de la serie en un momento delicado: “Llegaba en un momento de mi vida que me venía fatal. Yo estaba del revés porque era el primer proyecto grande que hacía y tenía mucha presión hacia mí misma. Quería hacerlo bien”. Esa mezcla de ilusión y vértigo ha acabado transformándose en una experiencia de madurez profesional.

Lo curioso es que, como ella misma admite, uno de los mayores retos fue encarnar a un personaje tan cercano a su propia personalidad. “Catalina se parece tanto a mí que eso es lo que más me ha costado trabajar. Me he nutrido gracias a mi personaje. Lo que antes trataba como una dificultad, que se pareciese mucho a mí, he conseguido convertirlo en una oportunidad”, reflexiona.

Más allá del plano personal, Asecas ha reivindicado la importancia del trasfondo social y feminista que encarnaba Catalina en pleno 1916. Una mujer noble, pero comprometida con los más vulnerables y con la igualdad entre géneros. “Tienen que ir de la mano el feminismo y la conciencia de clase”, declaró recientemente, subrayando el valor de un personaje “pasional, justiciero y con un gran sentido del orgullo”.

Ese espíritu combativo conecta con la visión transformadora de la serie, que ha introducido debates adelantados a su tiempo, como la igualdad de derechos o la crítica a los privilegios de cuna. Asecas lo resume con una mirada a la historia: “Tenemos un abanico de posibilidades enorme, y gracias a estas mujeres de aquel entonces nosotras estamos donde estamos”.

Su despedida deja un vacío en La Promesa, pero también un legado: el de un personaje que, más allá de los giros dramáticos, se convirtió en voz de una lucha social y feminista en un contexto en el que esa palabra ni siquiera existía. Un viaje que, para su actriz, ha sido tanto profesional como vital.

La familia Luján pierde a una de sus figuras más queridas. Tras casi tres años en antena, La Promesa dice adiós a Catalina, personaje al que Carmen Asecas ha dado vida desde los inicios de la ficción de TVE. Su marcha, envuelta en un giro dramático con tintes de secuestro, ha sorprendido a los espectadores y abre una nueva etapa en el serial de Bambú Producciones, que ya ha afrontado otras bajas relevantes como las de Ana Garcés (Jana) o Eva Martín (Cruz).