Mañana llega un capítulo decisivo de La Promesa, y hoy te traigo el adelanto completo de lo que nos espera. Recuerda que este martes no habrá emisión por motivos de programación, pero eso no nos impide adelantarte todo lo que sucederá cuando la serie retome su ritmo habitual. Y te aviso desde ya: lo que se viene está cargado de emociones, tensiones familiares, decisiones valientes y giros que cambiarán por completo el panorama de varios personajes.

Comenzamos con Ángela, que se encuentra absolutamente desbordada. La joven está viviendo uno de los momentos más duros que recordamos en la ficción, y en una conversación íntima con Martina, finalmente deja caer la coraza y se muestra completamente vulnerable. Le confiesa que ya no tiene fuerzas para seguir adelante, que la boda que se aproxima la asfixia y que siente que está atrapada en una situación sin escape. Lo más doloroso para ella es que ni siquiera su madre parece tener la intención de tenderle la mano o ayudarla a encontrar una salida. Martina intenta apoyarla, aunque ella misma arrastra sus propios problemas. Mientras tratan de consolarse mutuamente, otro conflicto, que lleva tiempo gestándose, estalla con fuerza.

Nos referimos a la constante fricción entre Jacobo y Adriano, una tensión que viene acumulándose día tras día y que finalmente explota en una discusión encendida. Los reproches van y vienen, y lejos de calmar los ánimos, Leocadia interviene sólo para aumentar el malestar, echando más leña al fuego con comentarios que dividen aún más a los implicados. La situación entre los tres alcanza un punto crítico, dejando claro que las heridas que arrastran no sanarán fácilmente.

Mientras tanto, Curro decide dar un paso que llevaba demasiado tiempo postergando: abrir su corazón ante Manuel. Y lo hace como solo él puede hacerlo, desde la honestidad más profunda. Le confiesa no solo que está enamorado de Ángela, sino que lleva mucho tiempo sufriendo en silencio por culpa de Lorenzo, que no ha dejado de hostigarlo y de interferir en su vida de todas las maneras posibles. El heredero, al escuchar a su hermano, no tarda en entender la magnitud del tormento que está atravesando, y no duda un segundo en ponerse de su lado. Su reacción no es tibia ni distante. Todo lo contrario: Manuel empatiza por completo con Curro y siente el deber de defenderlo.

Esto nos lleva a uno de los momentos más tensos del avance: el enfrentamiento directo entre Manuel y el capitán Lorenzo de la Mata. Lo que empieza como un comentario crítico, una especie de advertencia, se convierte rápidamente en un cara a cara cargado de tensión. Manuel deja claro que piensa proteger a Curro y que no tolerará ni una sola agresión más. Lorenzo, fiel a su carácter autoritario, intenta imponerse, pero esta vez Manuel no está dispuesto a retroceder. El choque es inevitable, y sus palabras dejan clara la profundidad de la grieta que se abre entre ambos.

En paralelo a este drama, María Fernández vive su propio terremoto emocional. La aparición inesperada de Carlo, el padre del hijo que espera, la deja completamente desubicada. Ella no imaginaba reencontrarse con él en La Promesa, mucho menos verlo convertido en un nuevo lacayo del servicio. Carlo, intentando actuar con delicadeza y respeto, trata de acercarse a ella con palabras amables, pero María no está lista. La sobrepasa la situación y aún no encuentra el valor para enfrentar una conversación tan decisiva. Afortunadamente, Samuel está a su lado como un apoyo constante. Él la anima con paciencia, le recuerda que no tiene que pasar por esto sola y le aconseja que, cuando se sienta preparada, hable con Carlo para aclarar todo lo pendiente.

En la zona del servicio, los problemas tampoco dan tregua. Teresa reúne a las doncellas para informarles de que, con los preparativos de la boda, el volumen de trabajo se ha disparado. No habrá recompensas ni compensaciones por este esfuerzo extra, algo que genera un ambiente tenso e incómodo. A pesar de que Cristóbal se niega a conceder mejoras, al menos accede a que López pueda regresar temporalmente a la cocina para colaborar con el menú de la celebración, lo que supone un ligero alivio para el equipo.

Y hablando de López, él, Petra y Vera continúan inmersos en la investigación sobre el misterioso ladrón de recetas. Aunque todavía no tienen pruebas concluyentes, van encontrando pequeñas pistas que prometen conducirlos hasta la verdad. La determinación de los tres es absoluta y no aflojarán hasta desvelar quién está saboteando el trabajo de la cocina.

Al otro lado de la finca, la tensión también se siente en el hangar. Manuel, que está intentando mantener el control sobre los avances técnicos, pierde la paciencia con Enora. Ella insiste una y otra vez en aplicar nuevas mejoras al motor, dejando de lado las prioridades que él mismo ha fijado. Manuel, ya cansado de la rebeldía constante, la frena en seco y le ordena centrarse exclusivamente en la investigación sobre don Lisandro. Sin embargo, lejos de obedecer, Enora mueve sus hilos y convence a Toño para que vuelva a ayudarla a escondidas del heredero. La traición, inevitablemente, desembocará en nuevas complicaciones.

Este es, en definitiva, el panorama que nos espera en el episodio de mañana: emociones fuertes, decisiones que marcarán un antes y un después y secretos que están a punto de salir a la luz. Y como siempre, no olvides suscribirte para no perderte ningún detalle y dejar tus impresiones en los comentarios. Estamos deseando leerte y compartir contigo todo lo que viene en La Promesa.