La Promesa, avance del capítulo 685: Curro se marcha para proteger a Ángela
**Spoiler · La Promesa, avance del capítulo 685: Curro se marcha para proteger a Ángela**
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El capítulo 685 de *La Promesa* se alza como un punto de inflexión dramático: Curro toma la decisión más dolorosa de su vida, marcharse para proteger a Ángela de una imposición que ella rechaza con toda su alma.
Desde el inicio del episodio la tensión emocional se puede palpar. La sombra de Catalina aún pesa sobre los Luján, y la falta de explicaciones crece como un abismo en el palacio. Mientras el resto lucha por entender su huida, **Curro está consumido por la urgencia de hacer algo que evite que Ángela pague el precio de los caprichos de los poderosos**. ([La Vanguardia][1])
La joven Ángela vive un momento límite: su compromiso con **Lorenzo** no solo le es impuesto, sino que ha sido gestado con frialdad por parte de su madre Leocadia, empeñada en ver firmada esa unión con o sin su voluntad. La joven niega aceptar un destino que no ha elegido. ([El Televisero][2])
Pero el poder no actúa con sutileza: Lorenzo deja bien claro que su objetivo no es solo casarse, sino herir a Curro a través de ella. En ese juego cruel, la joven queda atrapada entre los deseos del capitán y el autoritarismo materno. ([vemosTV][3])
Curro, sintiéndose cada vez más acorralado, decide plantar cara. Con el corazón hecho trizas, suplica a Lorenzo que deje en paz a Ángela. Le propone un acuerdo devastador: él se marchará si Lorenzo renuncia a casarse con ella. Este ultimátum desencadena un momento clave de la trama: el capitán lo acepta, y Curro, con lágrimas en los ojos, comienza a hacer su maleta. ([La Vanguardia][1])
Ese instante, esperado y temido, estremece a todos. Ángela, testigo de esa renuncia forzada, comprende que no es el abandono lo que motiva a Curro, sino un sacrificio protectivo. Ella no se había imaginado que él pudiera poner su propia esperanza en un segundo plano para preservarla de una vida impuesta. ([La Vanguardia][1])
Mientras Curro se va, el dolor de Ángela estalla. Su furia, su impotencia y su amor se mezclan en una tormenta interior. Su relación con Leocadia se rompe aún más: acusa a su madre no solo de imponer el matrimonio, sino de cosificar su vida. Le exige entender que ella también tiene deseos, dignidad y derecho a elegir. ([Dailymotion][4])
El intercambio entre madre e hija se vuelve brutal. Leocadia insiste en que Lorenzo trae seguridad y prestigio; Ángela responde que esos factores no pueden valer más que el derecho de una mujer a decir “no”. En esa confrontación, Ángela rompe con el silencio que la había mantenido prisionera y lanza una frase que arde: “Me estás vendiendo”. Esa acusación resuena en habitaciones y pasillos como un disparo. ([Dailymotion][4])
Luego de la explosión emocional, Ángela queda sola frente a su dolor y su decisión. No permitirá que la controlen ni la usen para intereses que no son suyos. Y Curro, mientras se aleja con el peso de su partida, lleva consigo la certeza devastadora de que marcharse era la única forma de proteger lo que más amaba.
Al fondo del episodio se entretejen otras tramas: **Petra**, debilitada, lucha con su salud y su razón. El doctor diagnostica tortícolis, eleva dosis, advierte descanso, pero todos saben que su fragilidad va más allá del cuerpo. ([vemosTV][3])

En los pasillos del servicio, **Cristóbal impone mano de hierro**, con reglas de faltas y amenazas de despido que inquietan incluso a quienes jamás podrían imaginarse en el centro del conflicto. Ricardo y Candela sienten ese rigor en cada mirada. ([La Vanguardia][1])
El clima dentro del palacio se vuelve más opresivo: Leocadia teme que la verdad sobre Catalina salga a la luz y que las intrigas detrás de su ausencia se revelen. Su control sobre Ángela, sobre los pactos familiares, se tambalea. ([vemosTV][3])
Y entre todo, Curro se aleja con el alma rota. No abandona por orgullo, ni por egoísmo: lo hace para que Ángela no lleve sobre sus hombros una lucha que no le pertenece. Esa marcha deja marcas profundas: un silencio atronador en La Promesa, un duelo en el corazón de Ángela, y la certeza de que el amor puede cobrarse en sacrificios.
Este capítulo deja claro que en *La Promesa* no hay fugas inocentes ni despedidas apacibles: cada decisión lleva sangre, lágrimas y heridas. La partida de Curro es el golpe final a un equilibrio ya resquebrajado. Quienes creían que su amor resistiría cualquier prueba, ahora asisten al precio que alguien está dispuesto a pagar para proteger lo que más ama.