LA PROMESA AVANCES – ¡LA VERDAD SOBRE MARÍA FERNÁNDEZ! CONFIESA TODO A SAMUEL… Y CAMBIA SU FUTURO!

En la hacienda de La Promesa, la calma habitual funciona solo como un espejismo. Bajo esa apariencia de orden cotidiano se esconde una red de tensiones que amenaza con romperse en cualquier instante. Los personajes se mueven entre sonrisas, rutinas y deberes, pero cada paso que dan resuena con el peso de secretos antiguos y decisiones que están a punto de salir a la superficie. En este nuevo episodio, lo que parecía enterrado resurge con una fuerza capaz de alterar definitivamente los lazos entre todos.

La historia se abre con una energía distinta, casi eléctrica, recorriendo cada rincón de la casa. Martina, sosteniendo aún un hilo de esperanza, se acerca a Adriano con la intención de convencerlo de asistir a la fiesta del duque de Carvajal y Cifuentes. Para ella, esa invitación no es un simple evento social: es una oportunidad de recomponer la relación, de demostrar que quizá todavía queda algo que pueda salvarse. Pero Adriano no está dispuesto a seguir aparentando. Su negativa es firme, sin rodeos, como una puerta que se cierra con brusquedad. Martina siente cómo esa distancia creciente se convierte en un abismo, sin imaginar que lo que está por revelarse hará imposible cualquier reconciliación.

Alonso observa la escena con preocupación. Para evitar que la situación escale, decide enviar a Jacobo para acompañar a la pareja. Pero Jacobo carga con un secreto que ya le quema en la garganta. No puede seguir callándolo. Cuando al fin tiene ocasión de hablar a solas con Adriano, confiesa lo que sabe: las cartas que él conservaba como tesoro de Catalina no eran reales. El golpe es brutal. La traición lo atraviesa con violencia. Martina no escribió esas palabras por malicia, sino por intentar aliviar su sufrimiento… pero para Adriano, esa mentira destruye lo poco que aún podía sostenerlos. Se aleja sin pronunciar más palabra, dejando tras de sí un vacío que Martina no sabe cómo llenar.

Mientras eso sucede, otra tensión se expande en otra zona de la hacienda. Curro, incapaz de seguir cargando con su angustia, le revela a Ángela que Leocadia pretende obligarlo a marcharse de la promesa una vez realizada su boda secreta. Esta confesión deja a Ángela destrozada, anticipando un adiós que nunca había querido imaginar. La tensión entre ellos dos crece, mezclando amor, miedo y la desesperación de quien ve cómo sus planes se desmoronan antes de hacerse realidad.

La Promesa - Samuel declara su amor a María Fernández

En las cocinas, un conflicto completamente diferente ocupa la atención. Simona, Candela y Vera no logran identificar al responsable del robo de recetas que ha puesto en duda su talento culinario. Cada pista parece desvanecerse antes de conducir a una verdad concreta. Sin embargo, Lope, decidido a poner fin al misterio, diseña un plan arriesgado para desenmascarar a Madame Cocot, la figura que parece escondida tras esos robos. Cada segundo se vuelve un juego de estrategia que podría resolverse o fracasar en cualquier momento.

Al mismo tiempo, la nueva designación de Teresa como ama de llaves genera un terremoto silencioso. Petra, al verse desplazada del puesto que había ocupado durante tantos años, no contiene el resentimiento. Sus gestos, sus silencios y su actitud cortante convierten cada encuentro con Teresa en un campo minado. La tensión entre ambas solo aumenta, anticipando un estallido inevitable.

La llegada de una carta de Pedro Farré añade un nuevo nivel de inquietud. Inora, cuya reputación ya ha sido puesta en duda en el pasado, se muestra cada vez más errática. Sus acciones levantan sospechas y reavivan heridas que la casa no había logrado cicatrizar.

Para Martina, el día se vuelve una pesadilla interminable. Tras la confesión de Jacobo, Alonso también la increpa con dureza. Ella intenta defenderse, explicar sus razones, pero sus palabras chocan contra una muralla de decepción. Incluso Adriano vuelve a mencionarle el engaño, y la discusión que estalla entre ellos deja cicatrices profundas. Cada frase pronunciada con rabia añade una grieta más entre ambos.

A pesar de todo, Alonso insiste en convencer a Adriano para que asista a la fiesta del duque. Pero el joven, herido y enfurecido, no acepta órdenes de nadie. La fiesta parece alejarse tanto como la paz entre ellos.

Mientras tanto, Ángela y Curro viven su propio infierno emocional. Su boda secreta ya está coordinada con la ayuda de Leocadia y Jacobo, pero cada paso hacia esa posible libertad se vuelve más difícil de soportar. Ambos comprenden que podrían perderlo todo incluso antes de consumar su unión.

En el hangar, Manuel, Enora y Toño descubren fallas muy graves en las piezas entregadas por don Luis. El problema es tan grande que podría arruinar el proyecto desde sus cimientos. Alonso propone romper el acuerdo de inmediato, pero Manuel decide darle una última oportunidad al fabricante, aunque no esté completamente seguro de si es lo correcto.

La tensión también invade las cocinas cuando María Fernández sufre un mareo repentino. La preocupación se extiende y, en medio del caos, Petra aprovecha cada ocasión para demostrar su descontento, insistiendo en que la presencia de Teresa la deja completamente relegada.

Lope, Simona, Candela y Vera preparan otra trampa, esta vez más sofisticada, para descubrir al impostor. Pero Madame Cocot vuelve a escabullirse, como si siempre estuviera un paso por delante. Aun así, Lope mantiene la calma: tiene un plan adicional que aún no ha revelado.

Ángela se ve obligada a despedirse de Curro, temerosa de que sea la última vez que lo vea. Él, intentando protegerla, adopta una actitud fría y distante, aunque esa frialdad lo destruya por dentro.

La relación entre Martina y Adriano empeora con cada intento fallido de diálogo. Él no puede perdonar el engaño y ella se consume en la impotencia. Todo lo que habían construido parece desmoronarse, como si nunca hubiera existido realmente.

De pronto, una sorpresa altera el panorama del hangar: don Luis envía una pieza corregida en tiempo récord. Aunque el gesto parece positivo, despierta nuevas dudas entre Manuel y sus compañeros.

María Fernández, muy vulnerable, encuentra consuelo en Samuel. Le abre su corazón y le habla de sus planes de futuro con el bebé que espera. Samuel, decidido y afectuoso, le promete que estará a su lado, incluso proponiéndole matrimonio.

La familia Luján llega a la fiesta del duque aparentando normalidad, aunque sus sonrisas esconden tensiones invisibles. Y es en ese momento cuando ocurre algo inesperado: Lorenzo irrumpe en la celebración con una mirada oscura. Su presencia provoca un pánico inmediato en Leocadia y Ángela, amenazando con destruir el plan de fuga y la boda secreta.

La Promesa - María explica a Samuel su embarazo

A partir de ahí, la fiesta se convierte en un campo de batalla emocional. Lorenzo exige algo a Leocadia, algo que nadie entiende del todo pero que desprende un aire peligroso. Sus palabras y su actitud anticipan consecuencias graves.

Mientras tanto, Alonso revela a Manuel una verdad inquietante: el duque es el socio mayoritario de la empresa de don Luis. Una complicación enorme que podría poner en riesgo la continuidad del proyecto aeronáutico.

Martina, desgastada y al borde del colapso, se enfrenta a Inora por el asunto de las cartas. El intercambio es tenso, doloroso y lleno de reproches. En un impulso desesperado, Martina amenaza con abandonar la hacienda.

En otro rincón, Petra continúa hostigando a Teresa, convirtiendo la convivencia en un tormento diario. Cada día se vuelve una prueba para la nueva ama de llaves, obligada a demostrar que merece su puesto.

Samuel abre su corazón a María Fernández y le asegura que está listo para asumir la paternidad del bebé. Su propuesta de matrimonio la deja emocionada pero también confundida, pues su vida está a punto de cambiar por completo.

Finalmente, Lope logra su objetivo: su plan da resultado. La verdadera identidad de Madame Cocot sale a la luz, revelando un nombre que nadie esperaba. El impacto sacude a todos los presentes.

Y cuando parece que ya nada más podría estallar, la tensión acumulada entre Curro y Lorenzo alcanza su límite. La discusión crece, se intensifica… hasta que Curro, incapaz de contenerse, termina golpeando al capitán con un puñetazo. A partir de ese momento, ya no hay marcha atrás.