Este episodio especial, que acaba de terminar entre Lorenzo y Curro, me ha dejado con un sabor agridulce. Quería hacer la reseña lo más rápido posible porque, honestamente, no creo que esperar hasta mañana hubiera sido lo más adecuado; habría perdido la esencia del capítulo, que buscaba centrarse solo en estos tres personajes, Lorenzo, Curro y Ángela, aislándonos completamente de todo lo demás. Desde el comienzo, la serie nos advierte que no veremos a otros personajes. De hecho, en el resumen introductorio, los demás aparecen desdibujados, reforzando la idea de que este es un episodio íntimo centrado exclusivamente en ellos.

Aunque a mí me sorprendió que Ángela fuera incluida en la promoción del capítulo, el episodio me ha parecido un acierto. Es un gran episodio para la serie, uno de esos que podría salvarla. Pero también, debo admitir, hubo algo de exageración en su promoción, pues la manera en que lo vendieron como algo trascendental no terminó de cuadrar. Podrían haberlo presentado como un evento especial, casi como una obra de teatro, solo con tres actores, sin la necesidad de involucrar grandes giros argumentales.

En cuanto a la trama, para mí este episodio está dividido en dos partes claras. La primera, hasta el momento en que comienza el juego de la pistola, es la más interesante. Curro tiene a Lorenzo atrapado y empieza a desmoronarse, pero no por oscuridad, sino por ira. Quiere vengarse de la persona a la que culpa por todo lo que le ha sucedido. La gran pregunta es, ¿es Lorenzo realmente el culpable? Para Curro, sí, y en esta parte del capítulo descubrimos mucho de la historia, aunque no todo lo que Lorenzo dice a Curro es verdad. Él es experto en manipular, y aunque esté bajo presión, sabe cómo ganarse a su víctima.

En esta sección también hay una revelación importante: Lorenzo se entera de que Hanna fue envenenada con cianuro. Hasta ahora, solo sabía que Leocadia estaba detrás de su muerte, pero no conocía los detalles, como el veneno. Esto abre nuevas posibilidades para el futuro de Lorenzo, quien seguramente ahora buscará pruebas contra Leocadia, no por justicia, sino para seguir manipulando a Curro.

La segunda mitad del episodio, donde aparece Ángela y comienza el tenso juego con las balas, tiene una atmósfera diferente. Aquí la tensión es palpable, pero siento que el capítulo perdió un poco de fuerza en comparación con la primera parte. Lorenzo sigue manipulando a Curro, y aunque hay un momento de gran tensión, creo que se desperdició una oportunidad de hacer un giro narrativo más fuerte. La serie podría haber dado un golpe de efecto, tal vez con un personaje clave herido o una revelación que realmente cambie el curso de la trama, pero todo terminó volviendo casi a la normalidad. Ángela, quien podría haber matado a Lorenzo si la pistola hubiera tenido bala, termina jugando un papel más bien pasivo.

Lo que me molesta un poco es que, debido a las expectativas altas que se generaron por la promoción, mucha gente no va a saber valorar lo que este capítulo logró realmente. La gente tiende a juzgar el final, que es cuando todo vuelve a un estado de incertidumbre, y eso va a empañar todo lo bueno que sucedió antes. Ya sé que algunos lo considerarán una decepción, y eso me va a doler, pero respeto todas las opiniones, aunque no las comparta.

Aún así, confío en que esto es solo el comienzo de algo más grande. Los próximos episodios pueden traer giros más emocionantes, sorpresas y, posiblemente, más revelaciones impactantes. Así que no perdáis la esperanza, que lo mejor está por llegar.