LA PROMESA Jueves 18 de Septiembre a las 18:25 h Preview del episodio 678
Los capítulos de La Promesa se intensifican y el próximo episodio, el 678, que se emitirá el jueves 18 de septiembre, promete ser uno de los más emocionantes y dramáticos hasta ahora. En el centro de esta trama se encuentra Catalina de Luján, cuya vida se ha visto amenazada de una manera que pone en riesgo no solo su seguridad, sino la de sus hijos. El varón de Valladares, con sus métodos crueles y sin escrúpulos, ha cruzado la línea, mostrando que no conoce límites y que está dispuesto a presionar hasta el extremo. Tras encontrar pistolas en las cunitas de sus pequeños, Catalina se enfrenta a una decisión dolorosa: marcharse de la Promesa para proteger a los suyos. Este hallazgo la deja completamente rota, atrapada entre el miedo y la responsabilidad.
Lo más dramático es que Catalina no se atreve a comunicar a su familia lo que está sucediendo. Ni Adriano, su esposo, ni su padre Alonso, ni su hermano Manuel, ni siquiera su prima Martina, tienen idea del peligro que acecha. La joven siente una vergüenza paralizante al mostrarse vulnerable, y la magnitud de la amenaza la mantiene en silencio. Sin embargo, en este episodio, Catalina finalmente decidirá dar un paso crucial: anunciará a su padre y a su hermano que ella y Adriano planean abandonar temporalmente el palacio. La reacción de Alonso y Manuel será de incredulidad y asombro, incapaces de comprender el alcance de la situación. Catalina les responde con una frase que deja entrever la gravedad del peligro: “Es la única forma de protegernos”. Esta línea anticipa que pronto podría revelar la verdadera amenaza que representa el varón de Valladares, abriendo los ojos de su familia al monstruo que se oculta tras una fachada aparentemente civilizada.
Avance de ‘La Promesa’ del viernes 12 de septiembre
Mientras Catalina lidia con el miedo y la tensión, su prima Martina regresa al palacio radiante tras una reunión con las damas del patronato de La Milagrosa. Martina cree que ha sido recibida con los brazos abiertos y que su éxito será motivo de celebración. Sin embargo, el contraste con el estado emocional de Catalina no podría ser más marcado. Mientras Martina asciende socialmente y se muestra feliz, Catalina se hunde en su angustia y responde con frialdad a los comentarios sobre las “mojigatas” y las reuniones de sociedad. Este choque de emociones entre ambas primas reflejará el abismo que se ha abierto entre ellas, y mostrará cómo los caminos de los personajes pueden divergir drásticamente en función de sus circunstancias y decisiones.
Por otra parte, la trama de Manuel también se complica en este capítulo. Su intuición lo lleva a sospechar de Enora, cuyo comportamiento extraño despierta sus alarmas. Manuel observa cómo la francesa oculta un plano dentro de su gabán, lo que genera la sospecha de que podría estar involucrada en espionaje industrial o guardar algún secreto aún más oscuro. Determinado a descubrir la verdad, Manuel decide enfrentarla y exigir explicaciones. La tensión entre ambos personajes promete convertirse en uno de los momentos más intrigantes del episodio, ya que la revelación de los secretos de Enora podría cambiar el curso de varios eventos dentro de la historia.
Mientras tanto, en las cocinas del palacio, se percibe un ambiente cargado de rumores y pequeñas tensiones. Simona, emocionada y con un entusiasmo difícil de ocultar, corre a contar a todos que su hijo Toño está a punto de casarse, aunque la información no es del todo precisa. Toño le había pedido expresamente que mantuviera el secreto, ya que la relación con Enora aún no está completamente definida, y ella misma no ha decidido casarse. La imprudencia de Simona, sin querer, genera malentendidos y conflictos, evidenciando cómo incluso los secretos bien intencionados pueden complicar las relaciones familiares y generar situaciones inesperadas.
En otro frente, Petra Arco se muestra cada vez más rígida y distante, consecuencia de las secuelas del tétanos que la aqueja. Su estado provoca inquietud entre los personajes y también entre los espectadores, que temen por su salud y se preguntan quién podría reemplazarla en el servicio si la situación empeora. La tensión se intensifica, y la historia abre la puerta a nuevas intrigas, revelando la fragilidad de algunos personajes frente a enfermedades y accidentes que pueden alterar el equilibrio del palacio. La posibilidad de que Petra se ausente o fallezca añade un componente de incertidumbre que aumenta la expectación sobre los próximos capítulos.
Mientras tanto, Vera enfrenta su propio laberinto emocional. La ruptura con López la ha dejado devastada, y en este episodio se hace evidente que está perdida y sin escapatoria. Pía intentará tenderle la mano, recordándole los peligros que su padre y la familia representan, y cuestionando directamente sus decisiones: ¿es consciente de la amenaza real que supone volver a casa de sus padres? Vera, sin embargo, se muestra reacia a escucharla, rechazando tanto la ayuda como la lógica y el cariño de aquellos que intentan protegerla. La joven se enfrenta a un conflicto interno profundo, donde el deseo de volver a su hogar se confronta con la necesidad de supervivencia y la protección frente a un padre tiránico.
Por último, Pía recibe una noticia que la dejará profundamente afectada: será trasladada a Aranjuez para cubrir una necesidad en otra casa. Petra será la encargada de comunicarle esta decisión, que llega sin miramientos y con total frialdad. La separación de su hijo y el cambio de entorno representan un desafío emocional que Pía deberá afrontar, aumentando la tensión en el palacio y generando nuevas intrigas. Este movimiento también refleja la influencia de personajes como doña Leocadia y Cristóbal Vallesteros, cuya autoridad y decisiones impactan de manera directa en la vida de los protagonistas.
El capítulo 678 de La Promesa se perfila como un episodio cargado de emociones, amenazas y decisiones cruciales. Catalina lucha con el miedo y la responsabilidad, Martina asciende socialmente mientras su prima se derrumba, Manuel enfrenta las sospechas sobre Enora, y Vera navega por la oscuridad de su desesperación. Entre secretos, chantajes y cambios inesperados, el palacio se convierte en un escenario donde cada acción tiene consecuencias significativas, y donde los personajes deben decidir entre el coraje y la prudencia, la lealtad y la autoprotección.
En conclusión, este episodio promete mantener a los espectadores al borde del asiento, con giros dramáticos, revelaciones impactantes y el desarrollo de conflictos que marcarán el rumbo de la serie. La tensión entre Catalina y el varón de Valladares, las intrigas de Enora, los rumores en la cocina y los desafíos de Vera configuran un mosaico narrativo complejo y emocionante, que demuestra por qué La Promesa continúa cautivando a su audiencia.