LA PROMESA – Margarita REGRESA con un secreto impactante que pondrá a Leocadia en la cárcel AVANCE

LA PROMESA – Margarita REGRESA con un secreto impactante que pondrá a Leocadia en la cárcel | AVANCE

El próximo avance de La Promesa viene cargado de un giro que nadie vio venir: Margarita regresa, no como la mujer que se marchó, frágil y derrotada, sino como una fuerza imparable que trae consigo un secreto lo suficientemente poderoso como para destruir a Leocadia, derrumbar alianzas, abrir viejas heridas y cambiar para siempre el equilibrio dentro del palacio. Esta vez no hay medias tintas: el pasado vuelve con dientes afilados.

El episodio arranca con una imagen que deja sin aliento. En la entrada principal del palacio, las puertas se abren lentamente y aparece Margarita, envuelta en un abrigo oscuro, el rostro marcado por la determinación de quien ha atravesado demasiado para volver intacta. Todos se detienen. Todos contienen el aliento. Porque su presencia no solo sorprende… intimida. Y lo primero que llama la atención es que no viene sola: trae una carpeta sellada con un lacre antiguo, un símbolo que algunos reconocen de inmediato, pero que nadie se atreve a mencionar en voz alta.

La noticia de su regreso corre por los pasillos más rápido que el viento de la sierra. Jana, la primera en verla desde lejos, siente un escalofrío. No porque tema a Margarita, sino porque sabe que detrás de ese regreso hay algo más grande, algo que podría explotar como una tormenta. Curro, siempre observador, intuye que el equilibrio frágil que todos habían logrado mantener está a punto de desmoronarse.

Pero la reacción más intensa es, por supuesto, la de Leocadia. Ella escucha a los sirvientes murmurar que Margarita ha regresado y su rostro cambia inmediatamente. Un destello de pánico cruza por sus ojos, seguido por una sombra de ira. Ese miedo no es casualidad. Ella sabe que Margarita es la única persona que podría desenterrar lo que creía enterrado para siempre. Y si ese secreto sale a la luz, no solo perderá su posición… podría terminar en la cárcel.

A lo largo del avance, vemos cómo Margarita recorre los pasillos del palacio con una calma inquietante. No esquiva miradas. No baja la cabeza. Está allí para algo. Y lo que trae consigo no es una simple revelación: es la pieza que faltaba para completar un rompecabezas que todos habían empezado a olvidar.

La tensión crece cuando Margarita pide hablar con Alonso de inmediato, y en privado. Él, sorprendido, acepta. La conversación es cortante, directa, una mezcla de dolor y verdad. Margarita le entrega la carpeta sellada. Alonso la abre y su rostro se descompone al ver cartas, declaraciones, documentos oficiales y un diario personal. Todo apunta a un solo nombre: Leocadia.

Pero lo que realmente aterra a Alonso es una confesión escrita a mano por una figura del pasado, alguien que Leocadia siempre negó haber conocido. Esa confesión describe con detalle un hecho ocurrido años atrás dentro de La Promesa: una desaparición misteriosa que el palacio siempre quiso olvidar… un hecho en el que Leocadia no solo estuvo presente, sino involucrada directamente.

Alonso queda sin palabras. Y Margarita, con voz firme, le dice:
“Ya es hora de que pague.”

Esta escena marca el inicio del caos. La cámara se mueve a través de los pasillos donde los sirvientes empiezan a enterarse de que algo grave está sucediendo. Petra escucha fragmentos de conversación y corre a advertir a Leocadia, pero es tarde. La información avanza como fuego en pasto seco.

El avance también muestra un momento de alto impacto emocional: Margarita se encuentra con Jana. La joven cree que la conversación será fría, pero no es así. Margarita la mira con una mezcla de tristeza y reconocimiento.
“No sabes cuánto he querido volver para contar esto,” le dice.
Las palabras caen pesadas, cargadas de un significado que Jana aún no alcanza a comprender del todo, pero que intuye que está relacionado también con ella.

La situación se intensifica cuando Curro sigue a Leocadia hasta una habitación apartada y la escucha hablar sola, desesperada, repitiendo que “ella no puede probar nada”, “no tienen cómo incriminarme”, “siempre fui más lista que todos ellos”. Pero su voz tiembla. Curro lo sabe: esa es la voz de alguien que está a punto de caer.

El avance adquiere un tono aún más oscuro cuando se revela que Margarita no regresó solo con documentos, sino también con un testigo. Nadie sabe quién es, porque su identidad no se muestra, pero la silueta que aparece brevemente tras una cortina sugiere que podría ser alguien relacionado con la desaparición del pasado. Y que su testimonio podría ser el golpe final.

La escena cumbre del avance llega cuando Margarita confronta directamente a Leocadia en el salón principal. El silencio es absoluto. Los sirvientes se asoman desde las escaleras. La tensión podría cortarse con un hilo.
Margarita levanta la carpeta.
Leocadia, fingiendo calma, dice que no teme a nada.
Margarita responde:
“No deberías temerme a mí… deberías temer a lo que has hecho.”

Leocadia intenta huir del salón, pero Alonso llega en ese instante acompañado del consejero legal de la familia. La acusa formalmente de ocultar pruebas, de manipular documentos oficiales y de haber participado en hechos delictivos dentro del palacio. La cara de Leocadia se desfigura. Intenta defenderse. Grita. Señala a Margarita. Dice que todo es un montaje. Pero nadie la cree. Ni siquiera aquellos que siempre la apoyaron.

El avance termina con una imagen poderosa: Leocadia, acorralada contra la pared, mientras dos guardias se acercan para escoltarla fuera del salón. Margarita la observa sin parpadear. Jana aprieta los puños. Curro está inmóvil, comprendiendo de golpe cosas que le habían ocultado toda su vida.
Y Margarita pronuncia la frase final:
“Esto es solo el comienzo, Leocadia.”

La pantalla se oscurece.
El destino de Leocadia está echado.
Y La Promesa se prepara para uno de sus capítulos más intensos.