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La Promesa se prepara para un final de temporada cargado de emociones extremas, giros inesperados y un luto que sacudirá por completo los cimientos del palacio. Una promoción adelantada por error ha desatado una auténtica tormenta entre los seguidores de la serie, dejando claro que los próximos episodios marcarán un antes y un después en la historia. Entradas, salidas, secretos y regresos largamente esperados confluyen en un cierre que redefine el rumbo de la ficción de cara al futuro.

Las primeras imágenes son demoledoras. Ángela aparece frente al espejo, vestida de novia, con la mirada perdida. La escena transmite angustia, presión y un destino impuesto que la supera. Poco después, Curro irrumpe en la estancia y la encuentra desplomada en el suelo, inconsciente. El rótulo es contundente: La Promesa se viste de luto. Sin embargo, como suele ocurrir en este tipo de promociones, el montaje juega con el espectador y siembra dudas razonables sobre quién es realmente la víctima de esta tragedia.

Una frase atribuida a Alonso, dirigida aparentemente a Lorenzo —“Ángela prefirió envenenarse antes que casarse contigo”— eleva aún más la tensión. Pero todo apunta a que no estamos ante una confirmación literal, sino ante una estrategia narrativa para confundir. Las escenas posteriores muestran a varios personajes vestidos de negro, pero sus reacciones no encajan con la muerte de Ángela. Lorenzo aparece extrañamente sereno, incluso complacido, algo impensable si fuera el centro de un escándalo mortal. Leocadia, lejos de estar devastada, se muestra entera y expectante. Demasiadas incoherencias para un desenlace tan directo.

Lo que sí parece claro es que la muerte que provoca este luto no pertenece a Ángela. El foco se desplaza entonces hacia otros nombres clave, y uno resuena con fuerza: Cruz. Su ausencia prolongada, el peso que tiene en la historia y la llegada de un personaje fundamental apuntan a un entierro de enorme relevancia narrativa. Porque el luto no llega solo: trae consigo el gran regreso de Margarita.

Y es precisamente Margarita quien se roba la atención de la promo. Su aparición es explosiva. Vestida de negro, irrumpe con una furia contenida que estalla contra Leocadia en una escena de confrontación física y verbal que promete convertirse en una de las más memorables de la serie. Margarita no vuelve para observar desde la distancia: vuelve para ajustar cuentas, remover el pasado y reactivar conflictos que parecían dormidos. Su regreso no solo es un golpe emocional, sino una apuesta clara de los guionistas por revitalizar la trama con un personaje carismático y determinante.

Todo indica que Margarita llega al palacio empujada por una tragedia mayor, no por una simple llamada de auxilio. Nadie parece haber ido a buscarla expresamente, lo que refuerza la idea de que su vuelta está ligada a un funeral. Y ese hecho, lejos de ser un punto final, se convierte en el punto de partida de una nueva etapa.

El cierre de la promo añade aún más misterio. Curro aparece aislado, viviendo apartado del palacio, armado y a la defensiva, cuando Manuel lo localiza en una cabaña. La tensión entre ambos es palpable. Manuel, visiblemente cambiado, parece cargar con una verdad demasiado grande para callar. Todo apunta a un salto temporal: meses en los que Curro ha huido del dolor, de la boda de Ángela con Lorenzo y de un pasado que lo desgarra.

La teoría que cobra fuerza es devastadora: Ángela habría seguido adelante con el matrimonio, pero sus desmayos y el control al que fue sometida ocultaban algo más. Un embarazo. Un hijo que podría ser de Curro. Ese secreto sería el detonante que empuja a Manuel a buscarlo y obligarlo a regresar. Porque hay verdades que, tarde o temprano, exigen ser afrontadas.

El final de temporada de La Promesa no solo cierra tramas: abre heridas nuevas, redefine alianzas y coloca a sus personajes frente a decisiones irreversibles. Entre el luto, las despedidas y el regreso de Margarita, la serie se prepara para un nuevo ciclo marcado por el conflicto, la pasión y las cuentas pendientes. Y nada volverá a ser igual.